Lunes al sol, preparando el invierno

Los lunes esconden uno de los placeres secretos del verano en Madrid. Cuando llega junio, las tardes de los lunes son el momento de dejar la ciudad para ir a Perales, a trabajar en la huerta, guiadas por el GG.

Julio, agosto y septiembre son meses de gran actividad hortícola, así que el grupo de trabajo agradece que las gentes que cada semana recibimos la verdura, nos acerquemos a echar una mano. Escardar, cultivar, sembrar, proteger, limpiar... un sinfín de tareas nos esperan cada lunes. Os dejamos aquí fotos de uno de esos lunes, un lunes en el que hubo tareas de concentración casi mística, clareando zanahorias con precisión milimétrica. Otras tareas nos enseñaban a dialogar con la tierra, preparando bancales y sembrando espinacas, lechugas, coles y remolachas. Tuvimos ocasión también de aprender cómo tratar la plaga de patata y cómo repartir los riegos, a base de abrir y cerrar acequias, abrir, cerrar... y esperar. Esperar a que el agua recorra los bancales, ya al anochecer, para que ese agua humedezca la tierra sin evaporarse rápidamente con las altas temperaturas del día. Esa espera, hasta ver cómo el agua llega hasta el final de cada surco, es la mejor manera de cerrar la jornada, aprendiendo la paciencia hortelana y la importancia de gestionar con cuidado un recurso escaso y valioso como el agua.

Se acabaron los lunes al sol... hasta el verano que viene. Hasta que vuelvan, ¡nos quedamos disfrutando de los domingos verdes de huerta!